Paolina Borghese Bonaparte, Le Tre Grazie, Amore e Psiche... y la lista de maravillosas obras del escultor italiano Antonio Canova continúa. Quienes han tenido la oportunidad de verlas en persona han contemplado sus estatuas, preguntándose cómo el mármol podía parecer tan real. Tan expresivo, tan vivo.
No todo el mundo sabe que uno de los artistas neoclásicos más influyentes era en realidad de Possagno, una pequeña ciudad del Véneto que está a tiro de piedra de la sede y las instalaciones de producción de Chrysos.
Fundada en 1987, Chrysos es una empresa familiar convertida en marcainternacional que vende sus joyas de oro y plata en todo el mundo. Desde el primer día, la empresa ha fabricado joyas que reflejan el estilo y la calidad italianos, mientras que el vínculo con su comunidad local se ha mantenido muy fuerte.
Para honrar su patrimonio común, hace un par de años los hermanos Bernardi (fundadores Francesco y Carlo) decidieron invertir en la restauración de la casa natal de Antonio Canova. Este edificio, que ahora está abierto al público, está gestionado por la Fundación Canova junto con el Museo Gipsoteca, situado al lado.
Los Bernardi, que han patrocinado por mecenazgo una renovacióntan importante, ven en Canova un ejemplo virtuoso de iniciativa empresarial moderna, donde la tradición se encontró con la innovación y se inspiró en el territorio. Del mismo modo, Chrysos ha valorado el saber hacer orfebre local y lo ha enriquecido con la innovación tecnológica. El resultado es un producto único que la empresa fabrica internamente y envía a los cinco continentes.